Caso Derrame Repsol: La diferencia entre ser culpables y ser responsables
El día 15 de enero un buque se encontraba realizando una descarga en la refinería La Pampilla gestionada por la empresa Repsol cuando, al llegar una ola originada por una erupción volcánica al otro lado del pacífico, se da a lugar un derrame de petróleo en las costas de Lima (aproximadamente 6 mil barriles). Ha sido calificado como “el mayor desastre ambiental en Lima”. No existió una alerta de tsunami por parte del gobierno para informar a la actividad empresarial (a diferencia de Chile y Ecuador). Repsol declara que ellos “no ocasionaron el desastre ecológico”. Hoy 20 de enero, mientras Repsol ejecuta labores de remediación y limpieza de playas, el gobierno peruano empieza un proceso de investigación contra la empresa española por el delito de contaminación ambiental.
Considero que, aunque Repsol sea protagonista en el derrame, es justo hacer el debido proceso de investigación antes de acusarlos como culpables. No nos podemos adelantar pues la culpabilidad en este caso sería un delito de contaminación ambiental y tendría consecuencias legales importantes. Se entiende que la culpabilidad dependerá de cuán estipulada estaba la responsabilidad de la marina en alertar, si la magnitud del movimiento marítimo requería una alerta y un protocolo de suspensión de actividades de descarga, de la condición técnica de la refinería, de las decisiones tomadas por ambas partes durante el incidente, entre otros detalles técnicos que deberán revisarse.
Sin embargo, a pesar de que aún no podamos definir la culpabilidad de Repsol por el derrame, considero que en todos los casos Repsol estará entre los responsables del incidente. Y responsable es diferente a culpable. Como organización dedicada a la venta de petróleo, percibiendo beneficios por esta actividad de extracción y transformación del patrimonio natural de los países y la humanidad, la organización no puede desentenderse de la cadena causal de un incidente característico a su actividad. Los derrames no son una sorpresa, ni siquiera para esta misma organización. Me parece lógico que el beneficio de esta extracción conlleve una serie de responsabilidades, entre ellas involucrarse en todos los eslabones causales de un derrame.
Por ejemplo: si no hay un protocolo claro de alerta, la organziación debe insistir en que exista uno antes de operar o construir el protocolo conjuntamente con el país. Si el país no cuenta con la tecnología adecuada, la organziación debe insistir en que esta se implemente antes de operar o implementarla conjuntamente. Sus estándares para evitar un derrame deben ir más allá de su dominio de acción para realmente evitar un derrame. Operando en 19 países, una empresa comprometida que se responsabiliza por los derrames no delega el riesgo operativo de esa manera. Da la sensación que lógica empresarial para este caso, sin embargo, parece haber tomado otro orden: “operemos y luego tratemos de evitar un derrame”.
"El siglo 21 cuenta con nuevos elementos en el ecosistema empresarial (...)"
Lo más relevante me parece subrayar que esta responsabilidad existe independiente a si Repsol quiera asumirla o no. El siglo 21 cuenta con nuevos elementos en el ecosistema empresarial: amenazas ambientales, hipervelocidad de la información y nuevas generaciones que exigen a la empresa un nuevo rol. Hoy una persona puede identificarse más con la marca Iphone que con su propia nacionalidad. Para este derrame, está por verse el daño reputacional y el impacto en las ventas pues el incidente ha tocado temas relevantes entre los consumidores limeños de Repsol (ejm. patrimonio recreativo, patrimonio gastronómico y salud personal). Es decir, el riesgo operativo del derrame no solo tiene costos para la sociedad, también será costoso para la empresa. Esto hace que sea aún más lógico responsabilizarse.
Por otro lado, igual de justo me parece preguntarnos lo siguiente: en este nuevo ecosistema, ¿podemos asumir los consumidores responsabilidad? Hay un grupo importante de ciudadanos que está tomando acción como consumidores. Esta es la buena noticia dentro de la mala. Me pregunto hasta dónde podemos internalizar esta lógica de responsabilidad como consumidores. ¿Estamos dispuestos a cubrir un mayor precio por galón por gastos de una mejor gestión ambiental? Soy de la idea de que, si vamos a exigir a las empresas un rol con mayor responsabilidad, sería justo considerar nuestra responsabilidad y rol como consumidores.